A lo largo de todo el siglo 20, debido a los excepcionales avances en los nuevos desarrollos tecnológicos, junto con la aparición definitiva de los vinilos cómo soporte sonoro universal y una fantástica expansión de los medios radiofónicos, surge un extraordinario acontecimiento, el nacimiento de una nueva industria, la industria discográfica.
Con todo ésta encadenada secuencias de avances, eventos, en tan sólo unas décadas, el mundo de la Música en general, y en especial, su género más popular, el de la canción, se globaliza_ gracias a la radio_ de forma exponencial, llegando a todos los rincones del planeta y a una gran mayoría de la población.
En aquellos titubeantes principios, los primeros aventureros, los primeros “productores discográficos" y caza talentos del momento, salían con sus toscos aparatos de grabación en busca de nuevas interpretaciones, de ritmos y voces, para grabar sus melodías y canciones particulares por cualquier rincón, o se iban a ver actuaciones y a escuchar por los diversos bares y clubes, en busca, sobre todo de talento y autenticidad. Aquella finalidad era poder mostrar, lanzar y dar a conocer a nuevos artistas, sus canciones, sus innatos estilos creativos, facilitando después su expansión a través de las ondas, por aquellas novedosas emisoras de radio.
Todo esta acción era producido y promovido por ellos mismos, por los aventureros sonoros, a veces, de forma espontánea, otras algo amañado y en ocasiones también sobornando a el Dj de turno, para colocar, pinchando sus canciones y hacerlos subir a los primeros puestos en las listas. Éstas canciones, altas en audiencia se llamaron “Hit”.( éxito del momento).
De ésta forma, y poco a poco, emergen nuevos géneros musicales populares, entre éstos los mas destacables, el Swing, el Jazz en general, con sus insignes intérpretes instrumentales y sus Divas, el Blues, con sus famosos “bluesman” y el Rythm and Blues; también, la nueva música americana, con diversos cantantes de gran popularidad, en especial Frank Sinatra entre tantos, y la novedosa aparición de un movimiento juvenil sin precedente, el Rock ´n´Roll, con Chuck Berry a la cabeza y un joven talento, llamado Elvis Presley.
El género de la canción, llega a su máxima cota de popularidad, aproximadamente entre mediados de los años 1940 y sucesivamente, desde los años 1950 en adelante.
Todos, o una gran mayoría de esos nuevos artistas y variadas formaciones musicales eran verdaderos talentos y se ganaban a pulso, con mucho esfuerzo y entrega aquella popularidad; aquella genuina “fama reconocida”.
Y así, con un pleno apogeo más globalizado, las nuevas generaciones, con sus modas peculiares, las ventas de éxitos, sus discos, las aglomeraciones masivas, los “fans” desatados, junto con con los grandes eventos, festivales y los conciertos multitudinarios de aquellas épocas, sobre todo entre las décadas siguientes 1960 y 1970, el deslumbrante “negocio de la canción” está ya servido.
Aún, esa industria, esas discográficas, seguirán buscando a los mejores, a los originales.
Entre tanto, siguen apareciendo nuevos estilos, nuevos sonidos cada vez más sofisticados, la era del Pop con sus canciones melódicas, los llamados Cantautores, nuevos Solistas, las legendarias bandas de Rock, la Psicodelia, el Rock progresivo, el Rock Sinfónico, el Funk, el Soul, la música Electrónica, la música Disco, etc, etc. Todo un estallido generacional y superlativo, un auténtico boom sonoro, muy creativo y altamente original.
Poco a poco, esas iniciales industrias, que salían a buscar y a descubrir a los auténticos, lo genuino, a los mejores artistas y formaciones, se va haciendo cada vez más cómodas, más centralizadas, más poderosa que nunca…, y cada vez más y más comerciales, alcanzando ya cotas de negocio y popularidad altamente sorprendentes.
Pero ¿qué significa el término de canción “COMERCIAL”?, que tiene relación con una actividad de fácil aceptación en el mercado, se vende muy bien, y que tiene una finalidad lucrativa, con pretensiones para un beneficio netamente económico.
En las décadas siguientes, en los años 1980 y sobre todo en los 1990, ahora es el pobre “artista”, el grupo, o los cantantes, los que deben acercarse a esas industrias, suplicar... y pasar por sus filtros, si quieren sacar adelante sus proyectos o carreras artísticas, ser algo, o llegar a serlo.
Desde entonces, esa industria, domina muchos de los medios, las listas, las preferencias en auge; ya no salen a buscar a nadie, ahora vienen_ los artistas y cantantes_ ellos solitos; les envían sus maquetas, les llaman, insisten al directivo de turno o al productor de moda para poder sacar adelante sus canciones o un disco al mercado.
Éstas compañías y productoras, ya denominadas multinacionales, tienen la total capacidad y el pleno poder de selección, en contratar, manipular y elegir a quién o quienes han de salir al mercado y promocionar las canciones, e incluso, hacer surgir otros “estilos” o derribar los que a ellos les convengan más.
En pleno siglo XXI, te puedes hacer “famoso o famosa” en unas cuantas semanas, meses, y al mismo tiempo, desaparecer cómo si nada; eso si, hay que tener un "buen enchufe",y además, si haces, cantas, posas, enseñas, y repites las mismas fórmulas desgastadas que el “comercio” , la industria exige y te demanda.
“Debes ser obediente, manejable, cantar cómo te pidan, y hacer letras de lo mismo de siempre, acatar lo que "ellos" te digan”....
Parecer ser, o me lo parece a mi, que a la industria actual, ya no les importa tanto eso de buscar o tener que ser el más original, tener verdadero talento, más bien, se ve al “artista / cantante” cómo un producto, un escaparate, una imagen, con un presupuesto pegado en la frente, para una venta rápida, muy repetitivo y cantar más de lo mismo. Eso si, muy bien divulgados, plenamente dirigidos y masificados al máximo, cómo el actual Reggetón, que lo inunda todo, al que casi todos se tienen que apuntar, si quieres estar en el mercado actual, y lograr venderte, junto con el bachateo y las / los simplones cantantes solistas actuales, promovidos por cosechas y crianzas en programas de TV fabricados a doc, en platós televisivos para aglutinar audiencias a granel. Todo bien montado para mostrar e imponer más de lo mismo.
Aunque también, “esa misma industria” creo que juegan y saben de la docilidad de “un público” cada vez más pobre en oído o muy poco exigente del contenido. Es cómo si tuvieran una cierta miopía auditiva, o quizás pocos la tuvieron, pues se comen, devoran y se entregan con facilidad a todo aquello que éstas compañías y cadenas televisivas les mete por los ojos y en definitiva, se les conducen a consumir "ese tipo de canciones, con esas "pobres letras" tan trituradas de amor o desamor, que no tienen fin. Muchas de estas "canciones e intérpretes" cada vez son mas descarados, creativamente hablando, siendo réplicas, calcos, unos de otros, sometidos a un mercado muy unilateral por parte de las multinacionales marcando el ritmo la moda que éstas imponen. En éstos últimos tiempos, creo o me lo parece a mí, que tal exigencia, dura criba creativa y de lo musical, ha dejado mucho que desear, ha bajado mucho el listón y de su autenticidad; casi cualquiera que se preste, le eche bastante "jeta al asunto", y haga o escriba lo que se le demanda, se deje manejar, puede o podría ser ensalzado cómo “un artista” o “cantante de moda” al uso.
Personalmente, pienso, que en épocas anteriores, el ser “un verdadero artista ”, ser “un / una cantante” o el formar “una banda” y sobre todo, llegar a grabar discos, ese ansiado primer disco, había que sudar y mucho la camiseta; invertir años de trabajo, de esfuerzo, muchos ensayos..., y actuar bastantes veces en directo. No se subía cualquiera a un escenario, a menos que se tuvieses un determinado talento, carisma y una valía autentica o demostrable.
Nos os parece que una gran mayoría de estos "nuevos cantantes y canciones actuales " casi todas suenan a lo mismo, y están hechas / producidas por un mismo patrón..... ¿?.
Antonio J. Martín. Composer. Sound designer.
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